domingo, 4 de diciembre de 2011

Gélido diciembre.

Admiro el frío que tan astuto me cala los huesos, hiela mis manos, aturde mi mente, congela mis sentidos precalentados y entre tanto, a oscuras y de domingo a domingo te beso. Sin saber muy bien si eres el calor o el frío que quema, más no te preocupes, has pasado el control.
El control de las manos agrietadas y voces rasgadas. Bufandas al cuello y pies bajo cero, escalofríos. Árticas miradas, frases cubiertas de vaho, con aliento a Starbucks a las 8 de la tarde del día tal del mes cuál, por las calles navideñas de...
Día en que me paro, pienso, digo y afirmo sin dudar que ardo a ratos y cuando lo hago, rompo tus glaciales oscuros que miran fijamente a los míos, calcinados.



domingo, 27 de noviembre de 2011

Yours.

Acepto el reto, el más grande que puedas pensar, el más difícil de conseguir.
Acepto poder con todo, pasar las noches en tu cama, echar el resto en cada canción.
Propongo no dejar que cale el frío, no dejar que nada se hiele, y si lo intenta, juro impedir que pase.
Por escribir, te escribiría miles de letras de canciones en inglés, las cuales, al escuchar el primer punteo, sé que es tuya, que de alguna forma pertenecen a la banda sonora que elegimos poco a poco, sin perder el ritmo.
Es hora de aceptar muchas cosas, de centrarse, de abrirse y experimentar. Que necesito aprender, más incluso que cambiar, es cierto. Pero por mucho que aprenda, experimente, no entenderé nunca como lo haces, como lo consigues. Miradas asesinas, risas... Tu mal humor, tu estar mejor de forma que me sorprende, que no me extraña, que a veces me desespera.

Sabes cuando, en un caso hipotético, por mera hipótesis imaginas a alguien a tu lado, rodeándote, o en caso contrario, elevándola con tus brazos a las alturas de techos para nosotros superables? Cuando sucede más de una vez, pero que días como hoy, de noviembre oscuros, de navidades tenues y vidas invernales para otros, pero que para mí hace a los domingos especiales.
Puedo sin negarlo, imaginar muchas historias, que su práctica sin duda, la convertirían en películas taquilleras y con mantas y a lo loco, un domingo a la tarde pueda ver en cualquier televisión, pero prefiero con creces, lo real. Algo con lo que apagar las luces y aplastarnos desnudos, ahogarme en algo tuyo, ya no sé el qué, mirarte y saber que es así como continúa la historia, más partes habidas y por haber que pongan los pelos de punta, pero afirmar a ciencia cierta, saber quién soy y asegurar cuanto te quiero.
Parecerme que en cualquier momento llegará el día y volveremos a estar donde siempre estuvimos no es cosa mía, pero creer, confiar que no pasara sí. Nuestro como el tiempo que, eterno me parece si tiene el cometido final que deseo y que a estas alturas, ya no hace falta mencionar.
Así que, sin dudarlo he decidido extrapolar costumbres y en días cuerdos como hoy, expresar de la mejor forma que pueda, lo que siento al decir que mañana será un lunes como los demás, pero yo quiero despertar contigo, tumbado al raso.

Hay pruebas, por suerte, de todo lo anterior:

jueves, 24 de noviembre de 2011

Yo no lo veo tan gris.

Llegado a este punto, puedo volver atrás y saber que no he estado vagando, que algo ha cambiado para siempre y no sé por qué. Tal y como un día prometimos, obedecí llegar al sitio donde hoy, al menos escribo.
Dónde hoy al menos hablo, no callo, donde yo soy el que gana y sin querer he aprendido a hacerlo. Aunque me quede mucho, a día de hoy, no huele a óxido, tampoco a nuevo. Pero ese no es el caso. El punto es, que no resta tanto, sino aún más.
En mi palabra veraz, he dicho, prometo no hacer preguntas, más no de antaño, aún menos retóricas. He dicho nunca parecerá noviembre ni volveré donde un día toqué fondo. Ya no tiene sentido. Seguiré y olvidaré muchas cosas, sin casi darme cuenta. Esto me sabe a despedida, y no sé por qué, porque a decir verdad no hay ni rastro. Sino más bien encuentros, avances y años.

lunes, 31 de octubre de 2011

Espiral de vuelta.

Intentan esconder, disimular su propia ignorancia, a pesar de que esta sea su mejor amiga. Aman el poder e incluso de sus desastres pueden cuanto menos, aprender. Ellos frágiles como en las películas, lo dan todo. No cesan en el intento de al menos, parecer amables, cariñosos y no salvajes y meramente instintivos. Aunque bueno, puestos a reflexionar, y no a pensar del todo, si consiguen volver donde un día empezaron, habrán triunfado. O cuanto menos, impresionado.
Si se escapan de mi control, resolviendo el cómo y el porqué y no sólo el QUÉ, encontraría el punto medio que odiabas cuando el indie corría por nuestras venas, cuando lo hacíamos por placer y por parecer, pareciéramos dos mitades, que no reales.


domingo, 23 de octubre de 2011

Re-alimentación.

Apenas quedan ahora palabras, aunque pensar, pienso igual, que ahora sí que noto que has vencido. Empire State Building lo llaman, alturas considerables y hostiones peliculeros. Aunque he de admitir que siempre hay tantas para escapar, para recuperarnos. Formas simples y eficientes, más aún que antaño. Este otoño, por ejemplo. Algo debe haber después, aunque sino viene, seré yo el que busque no tiene, por no tener, ni lo que tuvimos. A las malas queda lo que anduvimos, que por quedar queda, cual simples cegatos, caminamos a ratos. Si solo tu argumento ha sido el que ha mejorado este invento, no será tan malo, y si lo es, dale tiempo.
En acústicos conciertos de oscuras habitaciones fluirá, por fluir toda la rabia traducida en cursi, palabrería y relaciones mañaneras o algo más tardías.
Now, now, now, now. Nuestro.

jueves, 13 de octubre de 2011

De transeúntes va la cosa.

De aquellos conjugados en subjuntivo, con ganas de ser y que se quedan en nada, a centímetros.
Completo azar, irrefutable idea el impacto de su creación. Casualidad interestelar. Noches en vela, heladas muecas. Testigos de ellos cual guerra mundial. Pequeños mentirosos, creyentes al uso. Contradictorias ideas, pensamientos de ciegos, ateos todos: sin ver, no creer.
Hablo de aquellos con dimensiones espaciales, planetesimales...

martes, 27 de septiembre de 2011

Llámalo X.

Voy por la calle sin remordimiento alguno, escucho música y casi no veo ni al que pasa por mi lado. Apenas presto atención a las cosas importantes. Poco me inquieta y nada pregunto. Intento de evasión el mío en todas las situaciones incómodas que se presentan. Al hablar no digo nada y si oigo, apenas escucho. No doy muchas explicaciones, casi nunca me vuelvo y tiendo la mano a otro. Y si lo hago, es en balde. Olvido a las personas rápido, me divierto y no hago por recordarlas. Total indiferencia. Llámalo X, frío o desconfianza. La guerra o el hambre no son cosas que me preocupen y si encuentras alguna virtud en mí, mera coincidencia. Tengo defectos, muchos. Y a decir verdad... Bueno, al decir la verdad, siempre, siempre engaño.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Slowly serenade.

Silva y si es fuerte, sigue. Sólo silva y sigue, y silva. Suma silvando y sigue soñando, sanando sin saña.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Humano el tonto.

Pongo a prueba a todos y cada uno de los que piensen. Así, sin más dilación. A todos y cada uno de los que puedan demostrarlo, o piensen que puedan. O puede que piensen.

martes, 13 de septiembre de 2011

Winter's love.

Voy, pienso y reconozco que cuando hago las maletas me siento bien. Que en el montón de la ropa sucia no cabe tanto, ni tan poco. Que el yo, me, mí, conmigo están ya muy vistos y poco aprendo de antaño. Quizás ahora y sólo ahora reconozca que al hacer la maleta no pienso e inconsciente, actúo. No me culpes. Es inevitable.

domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Te dolió mucho la caída?

Y no creas que llegados a este punto, estaba tan equivocado. Que ni todos son tan buenos, ni todos tan malos. Seguramente peque de incrédulo muchas veces pero en esto, creo no equivocarme. Y si lo hago, ¿qué más da? Es lo que pienso. No doy giros de 360° ni soy un considerable conformista. Tampoco soy médico y ahora mismo no me duele la cabeza. Pero a veces, acierto. Como solución propongo: que bajen tus labios y me callen, probemos y enséñame a errar.
Sino, empezaremos a odiar.

viernes, 9 de septiembre de 2011

A altas horas de la madrugada.

Un día tal como hoy, a una hora tal que esta, me paro en seco y pregunto:
¿Cómo de cálidos y volátiles seremos en un tiempo cuando tú y yo... Bueno, ya sabes. Cuando probablemente el objetivo de lo que a partir de ahora hagamos no sea sólo el de comernos mutuamente, cual caníbales presos. Cuando el odio ínfimo que sobre ti emano, tenga como principal y único fundamento destruirnos y sangrientamente volver a renacer?
Ahora que no hay prisas, que vamos agotando papeles y el tiempo, como antes, tan efímero avanza. Tú, cada vez más valiente y versátil en esto, dime. Dímelo que yo espero. Dime que piensas mal y que no hay más. Que lo dicho, dicho está.