martes, 27 de septiembre de 2011

Llámalo X.

Voy por la calle sin remordimiento alguno, escucho música y casi no veo ni al que pasa por mi lado. Apenas presto atención a las cosas importantes. Poco me inquieta y nada pregunto. Intento de evasión el mío en todas las situaciones incómodas que se presentan. Al hablar no digo nada y si oigo, apenas escucho. No doy muchas explicaciones, casi nunca me vuelvo y tiendo la mano a otro. Y si lo hago, es en balde. Olvido a las personas rápido, me divierto y no hago por recordarlas. Total indiferencia. Llámalo X, frío o desconfianza. La guerra o el hambre no son cosas que me preocupen y si encuentras alguna virtud en mí, mera coincidencia. Tengo defectos, muchos. Y a decir verdad... Bueno, al decir la verdad, siempre, siempre engaño.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Slowly serenade.

Silva y si es fuerte, sigue. Sólo silva y sigue, y silva. Suma silvando y sigue soñando, sanando sin saña.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Humano el tonto.

Pongo a prueba a todos y cada uno de los que piensen. Así, sin más dilación. A todos y cada uno de los que puedan demostrarlo, o piensen que puedan. O puede que piensen.

martes, 13 de septiembre de 2011

Winter's love.

Voy, pienso y reconozco que cuando hago las maletas me siento bien. Que en el montón de la ropa sucia no cabe tanto, ni tan poco. Que el yo, me, mí, conmigo están ya muy vistos y poco aprendo de antaño. Quizás ahora y sólo ahora reconozca que al hacer la maleta no pienso e inconsciente, actúo. No me culpes. Es inevitable.

domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Te dolió mucho la caída?

Y no creas que llegados a este punto, estaba tan equivocado. Que ni todos son tan buenos, ni todos tan malos. Seguramente peque de incrédulo muchas veces pero en esto, creo no equivocarme. Y si lo hago, ¿qué más da? Es lo que pienso. No doy giros de 360° ni soy un considerable conformista. Tampoco soy médico y ahora mismo no me duele la cabeza. Pero a veces, acierto. Como solución propongo: que bajen tus labios y me callen, probemos y enséñame a errar.
Sino, empezaremos a odiar.

viernes, 9 de septiembre de 2011

A altas horas de la madrugada.

Un día tal como hoy, a una hora tal que esta, me paro en seco y pregunto:
¿Cómo de cálidos y volátiles seremos en un tiempo cuando tú y yo... Bueno, ya sabes. Cuando probablemente el objetivo de lo que a partir de ahora hagamos no sea sólo el de comernos mutuamente, cual caníbales presos. Cuando el odio ínfimo que sobre ti emano, tenga como principal y único fundamento destruirnos y sangrientamente volver a renacer?
Ahora que no hay prisas, que vamos agotando papeles y el tiempo, como antes, tan efímero avanza. Tú, cada vez más valiente y versátil en esto, dime. Dímelo que yo espero. Dime que piensas mal y que no hay más. Que lo dicho, dicho está.