martes, 14 de febrero de 2012

Enamorados o no, hoy es catorce.

Miedo a un abrazo, a un beso y más tarde al vacío, al olvido que me hace editar mi lista de "quisiera", la cual se completa día a día con absurdas cuestiones:
Exista o no San Valentín, yo sigo sin diferenciar cada catorce de febrero. La verdad, continúo sin percatarme de algo que lo haga especial, que diferencia este día del resto. Pues en mi caso, el resto de días del año son paradójicamente, completamente similares. En el caso hipotético de que existiese tal día en el que las parejas más acarameladas aún si cabe, se funden en besos que recordarán toda su vida, ese día en el que el camino de vuelta a casa es completamente especial si se hace con las manos siamesas unas contra otras y de dos en dos... Suponiendo que tales días sean verdad, yo me hago tal y como ves el fuerte, el duro al que nada afecta. El mismo duro que desvanece a cada minuto de soledad, que se rompe con cada canción melódica y que se abre por completo a París y al amor, en cada sueño y por tanto, en cada despertar.
El mismo duro que no cree en un catorce perfecto, aunque sí en caricias con afecto y en aquellos despertares, de los que hoy entiendo que no hay noche sin pasión y menos aún, humano sin corazón.
Pasen, bienvenidos a Siberia, donde bajo cero, he congelado mis sentimientos a la espera de que, cualquier día, los calientes tanto que sean capaces de sobrevivir a la espera, o por el contrario mueran helados sabiendo que el destino de su creación, no fue otro que la mera y simple destrucción.



domingo, 12 de febrero de 2012

A short version of what I am supposed to be.

Muy probablemente cuando ya no quede nada, absolutamente nada de esto que soy, sentiré que he perdido, que me he derrotado a mí mismo en un juego en el que yo, no elegí participar, desconocido para muchos. Cambiando, dejando todo de lado y dando por hecho cosas que sé, a ciencia cierta, que no fueron verdad. Cosas inútiles y que de necesitar, lo único que necesitaría sería reconocer que las fui construyendo a base de mentiras sin sentido, sin gracia y que hábilmente redactaba en epitafios siniestros, cosas que han hecho que sea lo que hoy soy. Ese monstruo que...
Que supe lo que fui pero jamás lo que seré, o lo que espero ser sin querer y sin quererlo he decidido arrepentirme, flagelarme, congelar los recuerdos que nunca tuve de momentos idílicos, cuando era el mundo el que me sostenía y no ahora, que ni el mundo, en sí mismo, puede conmigo.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Imperativo.

Ven a mí, ábreme en canal. Hazme sentir dependiente, sin pedirme nada a cambio, oblígame a gritarte, agárrame con saña, tu violencia, contra mi pecho. Grítame al oído, reviéntame con tus excesos. No me salves de este infierno. Empújame, acósame, dime entre chillidos cuánto me odias. 
Utilízame a ciegas, ámame a brevas, abusa de mí. No dejes que nadie se ocupe de mis miedos, bébete la sangre eléctrica y nerviosa desbordada. Tatúame a fuego DOLOR, comercia con mi alma. Enciéndela, prendela. Quémame los ojos y ciego, písame y arrástrame.
Ponte a prueba, atrévete. Haz de mí alguien mejor que yo, usa mis órganos de juguete, condúceme hasta la muerte.
Llévame.