domingo, 16 de septiembre de 2012

Fearless.


Oscuros eran todos los caminos, ninguno ofrecía salida, si quiera guía. 
Difícil elección, equivocados todos, cualquiera que tomase estaría equivocado. Pero tuvo que hacerlo y equivocarse pues. Eligió y erró, demasiado, y sin apenas acritud se levantó de cada uno de los golpes recibidos, de las batallas perdidas a media noche. Perdió toda confianza en sí y en el mundo, acabó con la fama de héroe abatido, pues lo era. Era un héroe al que las historias infantiles de príncipes y princesas habían abatido. Justo al contrario de lo que ocurría en sus libros de mesita de noche, donde las historias eran resueltas en felicidad y cada cual amaba al descubierto, historias que le hacían dormir de aburrimiento y al dormir, soñar. Era justo eso lo que hacía, soñaba con ser parte de esas historias, el protagonista de alguna de ellas. Era él, tenebroso y temido, tenebroso en cada tormenta de invierno, temido por la buena suerte, truncado en el amor, abatido en la vida y generalmente muerto.


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